Australia como la mayoría de países toma el camino del aislamiento para frenar el contagio del Covid-19 y evitar el colapso del sistema sanitario.
Hasta que no se encuentre una vacuna o tratamiento esta parece ser la única solución. Pero para los seres humanos la falta del otro, de los seres queridos, la prohibición de salir y relacionarse es durísimo. Y a esto hay que sumar la incerteza de no saber qué pasará y a quién podemos perder.
Anna Sagristà ha hablado con el psicólogo Javier Garcés, presidente de la Asociación Española de Estudios Psicológicos y Sociales.