Puntos destacados
- El gobierno de Nicolás Maduro rechazó la invocación por parte de Donald Trump de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para deportar a miembros del Tren de Aragua, una banda criminal venezolana.
- El Salvador recibió a 238 presuntos miembros del Tren de Aragua deportados por Estados Unidos, quienes fueron trasladados al Centro de Reclusión para Terroristas (CECOT).
- Desde la perspectiva de Estados Unidos, el Tren de Aragua ha aprovechado los flujos migratorios venezolanos para infiltrar delincuentes y desestabilizar la región latinoamericana.
El gobierno de Nicolás Maduro rechazó la invocación por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que permitiría la detención y deportación de presuntos miembros del Tren de Aragua, una banda criminal de origen venezolano.
Esta ley, que otorga al presidente estadounidense poderes para deportar a ciudadanos de países considerados enemigos en tiempos de guerra, ha sido aplicada en tres ocasiones en la historia de EE. UU.: durante la Guerra de 1812, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial.
Trump, quien había advertido sobre su uso anteriormente, argumentó que la ley sería aplicada a venezolanos mayores de 14 años considerados miembros del Tren de Aragua, quienes no sean ciudadanos o residentes legales en EE. UU. El gobierno de El Salvador, por su parte, recibió a 238 presuntos miembros de esta banda deportados desde Estados Unidos, quienes fueron trasladados al Centro de Reclusión para Terroristas en El Salvador.
El gobierno venezolano ha manifestado su preocupación por la medida, señalando que esta invocación constituye una violación de los derechos humanos y una injusticia contra los migrantes venezolanos. Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, indicó que solicitarán al presidente Maduro que emita una solicitud para evitar que más venezolanos viajen a EE. UU., calificando al país de "no seguro" para los nacionales venezolanos.
Por otro lado, Trump justificó la medida al afirmar que el Tren de Aragua ha aprovechado los flujos migratorios venezolanos para infiltrar delincuentes en EE. UU., describiendo a la banda como un brazo operativo del régimen de Maduro que busca desestabilizar la región latinoamericana. El gobierno venezolano, encabezado por Diosdado Cabello, expresó que la invocación de la ley tiene como objetivo humillar y esclavizar a los venezolanos.