Sinopsis
La mayoría de los migrantes comprende haitianos, cubanos, africanos y asiáticos, que se aglomeran en el municipio de Necoclí, en el norte de Colombia.
Es un territorio próximo a la selva del Darién, considerada una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo por las características ambientales y la presencia de grupos criminales.
La cantidad de niños y adolescentes que cruzan se ha multiplicado por más de 15 en los últimos cuatro años, según alertó recientemente Unicef. De 109 que pasaron en 2017 a casi 4 mil que lo hicieron en 2019 y más de 1.600 en 2020. Un migrante referido por la Voz de América conoce los riegos, pero dijo que intentaría cruza.
Según cifras Migración Colombia, más de 25.000 extranjeros entraron este año al país irregularmente, mientras que Panamá contabiliza más de 42.000 por su territorio.
Puntos destacados
- Esta situación arreció desde enero pasado, cuando Panamá cerró las fronteras terrestres, marinas y fluviales con Colombia debido a la pandemia de la covid-19, pero esto, al igual que en el 2020, no frenó el flujo de los migrantes en tránsito.
- El poblado de Necoclí es habitado por unas 40 mil personas y destaca por sus afectaciones por la pobreza y la guerra colombiana. La secretaria de inclusión del municipio, Yamilis Tapias, dijo que no poseen la capacidad para enfrentar esta crisis migratoria.
- El Gobierno de Panamá llamó a una reunión regional con representantes de países de tránsito de migrantes para analizar soluciones al fenómeno que afecta a varias naciones. La cancillér de Panamá, Erika Mouynés, dijo que los países que reciben migrantes tienen que hacerse responsables de atenderlos.